La inminencia de las fiestas de fin de año reactualizará -como todos los diciembres- el reclamo de organizaciones sociales y de ciudadanos comunes contra del uso de pirotecnia con alto impacto sonoro. Hay numerosas resoluciones, ordenanzas y disposiciones institucionales (incluso la ley provincial 9.303, de 2020, que regula y limita el uso y la comercialización de material pirotécnico) e infinidad de planteos y pedidos para que se veda totalmente su utilización, pero lo central es el cambio de conducta de quienes prefieren un estallido que alarme y conmueva antes que el mismo artefacto que tenga solo efecto luminoso.
El tema no pasa, entonces, por castigos, prohibiciones o persecuciones, sino por generar campañas eficientes y efectivas durante todo el año para concientizar en torno lo que padecen quienes sufren con cada explosión: mayormente (pero no únicamente) personas abarcadas por el espectro autista y animales, a quienes se agregan los individuos que sufren de hipersensibilización en el sentido de la audición y otras condiciones físicas o mentales.
La decisión estatal, adoptada puntualmente en algunos municipios (San Miguel de Tucumán, Yerba Buena, Tafí Viejo, Concepción, Las Talitas, Monteros y Aguilares, aunque con diferencias entre las sendas ordenanzas), de limitar los decibeles o directamente prohibir la comercialización de pirotecnia sonora y sólo habilitar los fuegos artificiales lumínicos, claramente no alcanza.
Hace falta campañas más sostenidas y creatividad. La Municipalidad lanzó la campaña destinada a desalentar el uso de cohetes de estruendo. Mamás y papás de chicos con autismo compartieron sus duras experiencias. El jueves por la tarde en la Plaza Sensorial Amigable, ubicada en calle Bernabé Aráoz 840, el municipio desalentó el uso de la pirotecnia ruidosa y exhortó a la comunidad a optar por formas más empáticas de celebrar, como burbujas o fuegos artificiales silenciosos, que iluminan sin causar daño ni incomodidad. “Si otros sufren, no es una fiesta”, es uno de los mensajes que transmitió la Municipalidad al lanzar la campaña “Más luces, menos ruido”, destinada concientizar a la población sobre los daños que provocan los estruendos fuertes.
Las cercanas fiestas deben ser mucho más que una manifestación exagerada del consumismo, aunque en algunos casos así lo parezca. Las charlas familiares para definir donde será una reunión, que llevará cada uno y cual será el menú deberían incluir además cómo respetar al prójimo, más allá del entorno familiar. Comprender esos días con su sentido más abarcativo e íntimo permitirá mirar más allá del lugar de la mesa que cada uno ocupe para entender que todos deben tener un lugar. Y que las pequeñas acciones, como elegir que clase de pirotecnia comprar en caso de poder hacerlo, suma a ese propósito general de saberse parte de algo más grande. Si, por el contrario, el comportamiento de uno responde a un interés y gusto individual, no se ha comprendido el significado final de estas fechas.